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Escenarios de lo
cotidiano... |
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Cuando
las sombras, haciéndose cada vez más largas, anuncian el fresco de la
tarde, la idílica explanada teatral de Artà se convierte en animado
escenario de uno de los más antiguos juegos de la zona mediterránea. “Petanca”,
“boules”, “boggia”
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sea lo que fuere: este juego de las bolas de hierro invita a todos
aquellos que, mediante un mínimo de movimiento, desean poner en escena un
máximo de emoción y charla. |
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Hoy
reina en Artà un ambiente de competición. Las tres pistas están ocupadas y
multiplican con ello la tensión de este sociable juego: el silencio tenso
al soltar la bola cuidadosamente pulida, el efusivo comentario de su
avance justo antes del choque, y la medición gesticulante del resultado... Pasión contenida en tres actos, efímera, y,
no obstante, gracias a la variación de lo que siempre permanece idéntico,
de significado ritual. |
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En esta
elemental dramaturgia la estilizada elevación de lo cotidiano alienta al
observador experimentado en este mismo momento también al reconocimiento
agradable de su viejo amor. |
Esta competición no precisa hándicap ni doping,
se arregla sin árbitros ni ruedas de prensa; pero está abierta a todos los
que extraen de la experiencia diaria de la viva unión del grupo más
alegría que de las historias de elevadísimas sumas por otros jugadores en
el ya comercializado deporte. |
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En su
pasear ocioso por esta representación, vuelven a Fígaro imágenes hace
tiempo olvidadas de sus días de estudiante: las ruidosas partidas de
petanca en plazas polvorientas llenas de árboles en la Provenza, hombres
viejos con boina y cigarros de papel de maíz en los labios, bola y paño
tan seguros en la mano como en los labios las picantes réplicas. Para el
estudiante del norte de Europa estas impresiones se convirtieron pronto en
un símbolo del modo de vida meridional. |
Cuatro
décadas más tarde en Mallorca se le muestran de nuevo estas imágenes de
alegre serenidad. Pero hoy
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en el centro de Artà
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son sobre todo mujeres quienes sujetan la bola en las manos. Y
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¡oh, milagro!
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este avance del otro género no perjudica de ninguna manera al amor a las
antiguas tradiciones. |
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