"Ses Païsses" ante las puertas de Artà

Alejado apenas 1000 metros de la plaza del mercado de Artà pero, no obstante, escondido en un soto sombrío de oscuras encinas, este testimonio prehistórico de la cultura megalítica espera en "Ses Païsses" al ocioso viajero de nuestros dìas...

Debemus esta irrechazable invitación de la mano del cíclope a un poco habitual viaje en el tiempo a las civilizaciones del Mediterráneo oriental, que hace más de 3000 años, entre el siglo XIII y VIII antes de Cristo - cuando los habitantes originarios de Mallorca, al igual que los germanos del Rin, habitaban todavía en cuevas - erigieron semejantes construcciones: los "talayots", esto es, asentamientos defensivos, de poderosa mampostería en seco, levantada en estratos.

En pequeños "adosados" rectangulares que rodean una torre circular (ár. atalaya) erigida en el centro para la conservación de alimentos, un grupo de 300 a 400 personas encuentran durante un tiempo sorprendentemente largo - con toda probabilidad hasta el comienzo de la romanización de Mallorca - un medio lo suficientemente seguro para vivir.

Hoy - tras las excavaciones del italiano Giovanne Lilliu entre 1959 y 1963 - "Ses Païsses" se cuentra entre los talayots mejor conservados de Mallorca. Al fin y al cabo, los en aquel entonces signos de progreso se convirtieron muy pronto en un codiciado material de construcción del incesante cambio cultural...

"Sic transit gloria mundi"... Fígaro mismo, que se crió en las cercanías del Neandertal, se siente especialmente cómodo en tales escaparates del pasado, que nos permiten reconocernos en ellos como enanos a hombros de gigantes. Ya que al mismo tiempo le ayudan a dirigir su mirada hacia las tormentas de fuego del futuro que quizás algún día arrastren las huellas de la soberbia de nuestra civilización sin destruir por ello obligatoriamente el género humano.

Y de vuelta a casa le llena la cálida satisfacción una vez más de haber escogido en Artà un sitio resistente e inquebrantable como "embarcadero".