...antes
de que las claras sombras de la tarde lo alienten a pasar sus pensamientos
al papel en la terraza del jardín, una vez que abejas y abejorros han
cosechado el néctar de flores que desprenden sus aromas a vainilla y
melisa.
Si
no aquí, en estos espacios ciertamente abarcables, ¿dónde se podría
encontrar la inspiración y concentración para un trabajo sensato?
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