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Hace tiempo que las visitas al
punto de información de la “Estació” se han convertido en una de las
costumbres preferidas de Figaro, aunque solo sea por las sucesivas
exposiciones quincenales que en él encuentra, obra de artistas jóvenes y
autodidactas a quienes el mercado artístico de Palma apenas concede la
oportunidad de exponer
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y exponerse. Pero en los
últimos años contadas han sido las ocasiones en las que una exposición le
ha impresionado tanto como la del “Wahlartanense” Peter Hohenadl. La
fuerza expresiva de sus cuadros, de corte expresionista, así como la
dinámica de sus formas surrealistas y la energía de sus colores cálidos
logran cautivar a
cualquier observador en el espacio inundado de luz del antiguo vestíbulo
de la estación. |
Nos encontramos en el polo opuesto al cálculo racionalista
de la abstracción minimalista, pero sin que los rostros y los cuerpos, tan
recurrentes siempre pese a la variedad, caigan –
siquiera remotamente – en la certeza que suele
transmitir el tan conocido arte figurativo. Las formas orgánicas de estos
cuadros resultan demasiado oníricas, demasiado irreales, y la profundidad
que deriva de los colores y la luz, demasiado misteriosa. Así mismo,
también sus títulos La forma existencial a la transformación de la luz,
Diez mil metros bajo el nivel del mar, La transformación...,
tan alejados de cualquier pretensión vanguardista, apuntan a un mensaje
liberador del espíritu que se esconde tras lo tangible de la materia
pintada. |

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Sala
de exposición en la antigua estación de Artà
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En una conversación mantenida con el artista Figaro no
tardó en ver confirmadas todas sus sospechas. Con una mezcla de paciencia
y agradecimiento, Hohenadl encauzó las tanteadoras preguntas del profano
hacia su deseo de materializar la energía espiritual mediante las típicas
formas orgánicas que fluyen por cuadros. En palabras del propio artista,
estas “células” que se hallan en la infinita red de corrientes de
energéticas son en cierto modo la premisa de una deleitable experiencia
del desprendimiento de lo individual y su conversión en una universal
consciencia cósmica. |
Y, mientras habla, las manos del maestro recorren el
lienzo de una de sus creaciones, como si la deseada explosión de energía
espiritual pudiera expresarse en formas siempre nuevas e inesperadas. |
Entretanto, Figaro se abandonó a la dinámica estética de
los cuadros. Guiado por los marcados trazos del pincel, que
instintivamente le recordaron el movimiento de un banco de algas
balanceado por la corriente, se descubrió a sí mismo demasiado conmovido
para realizar preguntas escépticas. Días después, en el estudio del pintor
en el Carrer Rafel Blanes, experimentó la misma
capitulación, en esta ocasión provocada por el derroche y la impresionante
diversidad de esta búsqueda continua de una objetivación del sueño de la
conciencia liberada... |
Es como si, tras largos años de odisea por Alemania
y España, el autodidacta nacido en Munich hubiese encontrado al fin,
aquí en Artà, el entorno adecuado para expresar sus deseos de un
modo creativo, con la correspondiente dosis de serenidad y la
aplomo. Sin embargo, que un simbolismo expresionista de este tipo
siga ganando fuerza y personalidad, depende en gran medida del
reconocimiento o las críticas que se le dediquen. Por el momento,
Artà ha dedicido conceder a Peter Hohenadl una segunda oportunidad
con una exposición en la Casa Cultural Na Batlessa. Dios sabe que se
la ha ganado. |
Estación "Arte"
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