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Una pasión de toda la vida |
Figaro le
topaba
las trazas desde hacía años. En los
libros, los calendarios y la prensa, en el restaurante y el ayuntamiento,
no habían dejado de llamarle la atención sus inconfundibles dibujos con
motivos propios de Artà, de la vida mallorquina en el campo o del
particular folklore
artanense.
Sin embargo, hasta hace poco no tuvo la suerte de coincidir con el autor
en persona: estaba presenciando el desfile de Sant Antoni cuando un amable
señor
se ofreció a explicarle s’argument de la cabalgata. |

Nicolás Casellas en su rincón
preferido
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Aquel encuentro furtivo resultó ser un
descubrimiento de lo más excepcional: no en vano el
artanense,
jubilado ya desde
tiempos atrás, le confesó que contaba con una colección de
casi 1500 dibujos surgidos de su propia pluma; una colección de gran
diversidad formal y temática que ha ido creciendo
casi a escondidas
a lo largo
de varias décadas. |
Figaro se siente siempre
particularmente
cautivado por las imágenes que Casellas le ofrece de la antigua
Artà: la seductora calma del
pueblo,
siempre tan seguro
de sí mismo,
el
arte
de las
senallateres
concentradas en su trabajo, la cosecha de los campesinos bajo un
sol abrasador, la armonía que se esconde en el folklore… |
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Esbozos fugaces y huidizos que se quedan
con todo persistentes
en la fantasía del
observador; dibujos en todo caso que
–
cual información subliminal –
dan a entender que el orden antiguo sigue vivo y que un ojo experto puede
reconocerlo siempre
a
través de las evoluciones
de la modernidad; que el pasado no está dispuesto a abdicar en favor de la
turbadora arbitrariedad de nuestros días. |
¡Mil
sinceros
agradecimientos
a la pasión por el dibujo del antiguo Jefe de los Servicios Comerciales de
Correos y Telégrafos de Baleares! Y es que este manantial de
entusiasmo
personal no ha dejado de brotar ni en la jubilación, marcada en todo
momento por un endeleble espíritu
creador.
¿Mas cuánto tiempo seguirán
desatendidas
las demandas de publicidad cada vez más apremiantes? La fama de Nicolás Casellas podría romper
entonces, con resolución y presteza, las fronteras de la isla y llegar
mucho más allá. A Figaro no le sorprendería en absoluto. |
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